La creatividad es una de las habilidades más demandadas en el lugar de trabajo.
No sorprende que las principales empresas multinacionales busquen contratar pensadores ingeniosos: las investigaciones muestran que la creatividad puede impulsar la innovación y la resiliencia en las organizaciones.
El gigante tecnológico Google ha crecido al innovar la forma en que todos usamos Internet. El fabricante de automóviles eléctricos Tesla promociona un entorno de trabajo colaborativo para “resolver los problemas más importantes del mundo con personas talentosas”.
Aún así, compartir ideas puede complicarse cuando los colegas no entienden o no apoyan conceptos novedosos, o si los cierran. La investigación ofrece algunas formas concretas de facilitar la generación de ideas, tanto individualmente como en grupo. Pero primero ayuda saber lo que está tratando de facilitar.
Entonces, ¿qué quieren decir los empleadores cuando hablan de creatividad?
¿Qué es la creatividad?
La creatividad tiene muchas definiciones. La mayoría menciona la originalidad y la resolución de problemas.
El renombrado psicólogo Mihaly Csíkszentmihályi puede haberlo dicho mejor cuando caracterizó la creatividad en el lugar de trabajo como una idea que otros expertos en el campo y el público en general reconocen como algo nuevo.
En mi investigación, exploro el proceso creativo en el contexto de la educación superior, la publicidad y el liderazgo.
En 2019, creé un curso en la Universidad de Carolina del Sur llamado Pensamiento creativo y resolución de problemas para ayudar a los estudiantes universitarios a prosperar en el lugar de trabajo donde la mayoría de los problemas no tendrán una respuesta exacta y no tendrán guías de estudio ni comentarios de los maestros. He observado que después de toda una vida llenando burbujas en exámenes de opción múltiple, algunos estudiantes pueden sentirse intimidados trabajando en áreas grises donde cualquier solución parece posible.
El proceso creativo
Y, sin embargo, después de graduarse, la mayoría de mis alumnos buscarán descripciones de puestos que mencionen la creatividad, una de las habilidades blandas más deseables.
La tendencia empresarial hacia la resolución de problemas en grupo se remonta a unas ocho décadas. El ejecutivo de publicidad y gurú de los negocios Alex Osborn acuñó el término “lluvia de ideas”, que describió en su libro de 1948 “Tu poder creativo” como “usar el cerebro para resolver un problema creativo, y hacerlo como un comando, con cada tormenta atacando el mismo objetivo.” Su objetivo era la cantidad: 10 de sus empleados produjeron una vez 87 ideas para una campaña publicitaria en solo 90 minutos.
Aunque la lluvia de ideas en equipos puede ayudar a los compañeros de trabajo a vincularse, debatir e intercambiar ideas, los investigadores han cuestionado su eficacia en los últimos años. Muchas organizaciones siguen utilizando el proceso. Tener sus ideas reconocidas públicamente pone a las personas en el centro de atención, haciéndolas vulnerables a las críticas. La falta de confianza también puede desafiar el pensamiento creativo.
Han surgido muchos recursos que ofrecen estrategias para desarrollar la confianza creativa individual. Incluyen aceptar el fracaso, jugar y superar el miedo a ser juzgado.
El desafío de la lluvia de ideas en equipos
Dado que las personas ven los problemas desde diferentes perspectivas, la investigación muestra que los grupos con diversas disciplinas, antecedentes, creencias, conocimientos y habilidades producen los resultados más sólidos y singulares. La lluvia de ideas entre personas con diferentes tipos de experiencia hace que las personas sean responsables de contribuir con sugerencias de su dominio específico.
El trabajo en grupo exitoso requiere concentración. Mi investigación muestra que es importante definir cuidadosamente el desafío, la tarea o el problema. Eso incluye recopilar datos clave y delimitar límites, como el marco de tiempo, el presupuesto, los recursos disponibles, la tecnología y cualquier otra limitación. Lanzar de esta manera ayuda a un equipo a seleccionar la mejor idea generada por su colaboración.
La tormenta perfecta
Fomentar la creatividad grupal requiere un entorno que fomente la toma de riesgos, la crítica constructiva y el trabajo en equipo. La creación de una cultura que conduzca a la creatividad debe hacerse intencionalmente de manera que contrarreste los temores personales al rechazo y las tendencias a la autocensura o la crítica. Las personas deben estar facultadas para hablar.
Es fundamental establecer tres pautas clave:
Concéntrese en la cantidad de ideas generadas, no en su calidad. Evite la crítica, el juicio o la defensa de ideas durante el período de lluvia de ideas. No ponga límites a las ideas “salvajes”, sin importar cuán malas, escandalosas o poco prácticas parezcan, reconociendo que Vale la pena expresar la idea.
Más allá del pensamiento grupal
Las sesiones de lluvia de ideas pueden ser más productivas si los participantes primero hacen un trabajo independiente.
En un grupo, esto se puede hacer simultáneamente durante minutos o incluso días, con los miembros del equipo escribiendo sus ideas individualmente y luego compartiéndolas con el grupo. Este proceso, conocido como pensamiento divergente, también se puede realizar de manera virtual a través de sitios web colaborativos como miro, mural y figma. Trabajar individualmente asegura que todos aporten ideas y que se escuche la voz de todos.
Luego viene el “pensamiento convergente”. El grupo evalúa propuestas para identificar la mejor innovación o solución al problema en cuestión. Se anima a construir sobre la idea de otra persona.
Hay muchos otros enfoques para la lluvia de ideas en grupo, como el “pensamiento de diseño”, en el que las sesiones rápidas de lluvia de ideas conducen a prototipos tangibles. El método de los “seis sombreros para pensar” hace que los miembros del grupo se concentren en cada aspecto de la idea propuesta a la vez. Por ejemplo, discutirán los aspectos negativos, luego los positivos, los sentimientos, los riesgos y las posibilidades de cada solución.
Si bien la lluvia de ideas a veces puede ser un proceso arduo, promueve la aceptación de ideas y la unión del equipo. Y es importante recordar que dentro de un espacio donde todos se sienten libres para expresarse, las buenas ideas pueden surgir de cualquiera.
Sabrina Habib es profesora asociada de comunicación visual en la Universidad de Carolina del Sur.
Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Usted puede encontrar el articulo original aquí.