Se espera que casi 200 países reunidos para la conferencia climática de la ONU en Egipto se enfrenten sobre si las naciones ricas deberían pagar una compensación a los estados vulnerables afectados por desastres provocados por el clima.
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La cumbre COP27 sigue a un año de tales desastres, desde inundaciones que mataron a más de 1.700 personas en Pakistán hasta sequías que marchitaron cultivos en China, África y el oeste de EE. UU. Eso ha intensificado las demandas de los países en desarrollo de un fondo especial de “pérdidas y daños”. Pero dado que los países ricos se resisten a tales llamados, el tema se ha estancado durante años.
Así es como están las cosas antes de la COP27.
¿Qué es “pérdida” y “daño”?
En las conversaciones climáticas de la ONU, la frase “Pérdidas y daños” se refiere a los costos en los que ya se ha incurrido debido a los extremos o impactos climáticos provocados por el clima, como el aumento del nivel del mar.
La financiación climática hasta ahora se ha centrado en reducir las emisiones de dióxido de carbono en un esfuerzo por frenar el cambio climático, mientras que alrededor de un tercio se ha destinado a proyectos para ayudar a las comunidades a adaptarse a impactos futuros.
La financiación de pérdidas y daños sería diferente, al compensar los costos que los países no pueden evitar o “adaptar”.
Pero aún no hay acuerdo sobre lo que debería considerarse “pérdida y daño” en los desastres climáticos, que pueden incluir infraestructura y propiedad dañadas, así como ecosistemas naturales o bienes culturales más difíciles de valorar, como cementerios.
Un informe de junio de 55 países vulnerables estimó que sus pérdidas combinadas relacionadas con el clima durante las últimas dos décadas totalizaron alrededor de $ 525 mil millones, o alrededor del 20% de su PIB colectivo. Algunas investigaciones sugieren que para 2030 tales pérdidas podrían llegar a $580 mil millones por año.
¿Quien paga? ¿Quién cobra?
Estas preguntas son extremadamente polémicas.
Los países vulnerables y los activistas han argumentado que los países ricos que causaron la mayor parte del cambio climático con sus emisiones históricas ahora deberían pagar. Estados Unidos y la Unión Europea se han resistido al argumento, temiendo responsabilidades en espiral.
Si los países aceptan lanzar un fondo, tendrían que analizar detalles como de dónde debería provenir el dinero, cuánto deberían pagar los países ricos y qué países o desastres califican para recibir compensación.
La UE y Estados Unidos bloquearon una propuesta en las conversaciones climáticas de la ONU del año pasado para establecer un fondo, acordando en cambio un “diálogo” sin un objetivo final claro. Durante el último mes, han señalado una mayor apertura para discutir la compensación en la COP27, pero siguen desconfiando de la creación de un fondo.
Solo unos pocos gobiernos han hecho compromisos de financiación pequeños y simbólicos para pérdidas y daños: Dinamarca y Escocia, además de la región belga de Valonia.
Algunos fondos existentes de la ONU y del banco de desarrollo ayudan a los estados que enfrentan pérdidas y daños, aunque no están destinados oficialmente a ese objetivo.
¿Qué pasará en la COP27?
Los países en desarrollo han propuesto incluir las pérdidas y los daños en la agenda de la cumbre, que debe adoptarse por unanimidad antes de que comiencen las conversaciones.
Frustrados por las dificultades y los retrasos para asegurar el financiamiento climático, las economías en desarrollo y emergentes ahora están unidas para exigir que se establezca un fondo para pérdidas y daños en la COP27.
Entre ellos se encuentran estados insulares como Maldivas y Jamaica, y China, el mayor emisor de CO2 del mundo, lo que ha irritado a algunos funcionarios europeos que dicen que China debería proporcionar financiamiento climático, no exigirlo.
Los países han hecho diferentes propuestas sobre cómo debería ser el fondo. Incluso si la COP27 produce un acuerdo para formar un fondo, aún podrían pasar un par de años antes de que esté listo para distribuir dinero.
Algunos diplomáticos han sugerido que se organice un “mosaico” de fuentes de financiación, en lugar de un fondo central.
Otra propuesta de la Alianza de Pequeños Estados Insulares sugiere que la COP27 acuerde formar un “fondo de respuesta” patrocinado por la ONU para recaudar dinero en efectivo de diversas fuentes para los países afectados por desastres.
La UE ha sugerido aprovechar los fondos internacionales existentes para hacer frente a las pérdidas y los daños, en lugar de lanzar uno nuevo, pero algunos expertos dicen que cuestiones como las largas demoras hacen que esos fondos no sean adecuados para hacer frente a las pérdidas y los daños.
¿Qué pasa si la COP27 no logra aprovechar el problema?
Ya desconfiados después de que las naciones ricas no lograran entregar $100 mil millones en financiamiento climático anualmente para 2020, algunos países están explorando otras rutas.
El grupo “V20” de 58 países vulnerables y el Grupo de las Siete naciones ricas planean lanzar un esfuerzo llamado “Global Shield” en la COP27, destinado a fortalecer las finanzas de seguros y protección contra desastres.
Mientras tanto, los países vulnerables al clima están buscando contribuciones para un mecanismo piloto de financiación de pérdidas y daños. Otras ideas incluyen el llamado del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, a un impuesto sobre las ganancias extraordinarias de las compañías de combustibles fósiles para recaudar fondos.
Mientras tanto, el país insular del Pacífico, Vanuatu, solicitó al tribunal más alto del mundo, la Corte Internacional de Justicia, que emita una opinión sobre el derecho a ser protegido de los impactos climáticos adversos. Una opinión de la CIJ podría tener autoridad moral y peso legal, fortaleciendo los llamados para compensar a las naciones pobres.